viernes, 30 de marzo de 2012

02:13 a.m

Martillos; grandes, pequeños: de todos los colores.
Infinidad de asteriscos. Ningún número.
¿Hola? ¿Te acuerdas de..? No.
No recuerdo nada, olvidé mi memoria; también, mi sentido del humor.
Olvidé mis latidos, olvidé respirar. 


Tic tac, tic tac. ¡Tiempo, no te vayas tan rápido!
Siento ese líquido correr por mis venas, su textura, su aroma.
Todo está conectado. ¡Maldición! 
¿Cables rojos o blancos? Es ahora o nunca.


Y, con la flecha en sus manos, nos amenazó.
¿Qué haces aquí?, pregunté.
"Sólo hago mi trabajo".
Blancos, verdes, rojos y rosados.
Mis entrañas por doquier.


¿Es martes? Sólo si quieres.
Montones de plumas, muy suaves.
Tan suaves como tú.
¿Quién eres?
No tienes forma ni fondo,
¿Existes?
Depende. ¿De que? 
Aplausos por montones, pasos ligeros, papeles.
Y el reloj vuelve a dar la hora con un estruendoso "dong"
Mis oídos retumban y se cierran.
Aquí termina.

Mental


Y una vez más, en el ocaso del día, todo vuelve.
Vuelve a empezar. 

Todo en imágenes mentales,  
memorias rondando mi tranquilidad. 
Mi cabeza se vuelve borrosa, mis ojos ya no piensan. 

Las palabras me pesan.

Flashbacks en contra de mi voluntad, palabras y textos aún sin terminar.
¿Porque es tan tarde? ¿Acaso nada tiene una respuesta?
Incoherencias, hipótesis, mas nunca soluciones.

La historia de mi vida, escucho a alguien decir.
"Todo vuelve y todo pasa" Así es como debe ser.
Tornados mentales.

 ¿Que se supone que debí decir?
Y sigo escribiendo, ya es tarde

 Y aún no lo recuerdo.